Los obreros de la Acería Griega derrumbaron los planes de la patronal, continúan con otras formas su lucha.
Los obreros de la Acería Griega que estaban en huelga, después de nueve
meses (272 días), entran de nuevo en la fábrica por la entrada central,
formando manifestación, alzando el puño y llevando un clavel en la
mano. Aplican la decisión de su vigésima asamblea general que se celebró
el mediodía del sábado, según la cual entran en la fábrica para
continuar su lucha de otras formas, derrumban una vez más el plan del
empresario Manesis que ya había hecho claro que quería llevar la huelga a la decadencia, desmantelar el sindicato de trabajadores y, para lograrlo disfrutó de la plena ayuda del gobierno, que puso en su disposición los medios estatales de represión.
La
decisión de detener la huelga y continuar la lucha de otras formas se
hizo tras la propuesta unánime del Consejo de Administración, presentada
por Giorgos Sifonios,
presidente de la administración, que fue apoyada por la inmensa mayoría
de la asamblea. En la propuesta, entre otros, se refería:
Hace
272 días, tras el dilema presionante de Manesis, de trabajar cinco
horas o que se despidieran 180 obreros, por medio de nuestra asamblea,
respondimos unánimemente con la huelga. Es decir, hicimos lo que debía
hacer cada obrero con autorespeto y con respeto a su clase. Ninguno de nosotros, en aquél momento, no podía prever que empezabamos una huelga que se volvería una de las luchas más brillantes del movimiento obrero de nuestro país e internacionalmente, que se volvería un punto de referencia. (...). La conclusión es que nunca lo aprenderíamos ni lo obtendríamos si no vencieramos el miedo. Si no hubieramos entrado unidos y decididos en la lucha.
Tenemos un balance muy rico.
Organizamos
20 asambleas, donde colectivamente evaluabamos la situación y
determinabamos nuestros pasos en adelante. Al lado del Consejo de
Administración, constituimos varios comités que ayudaban en la
organización mejor, en la guardia, en la agitación y en la solidaridad.
Entraron todos los miembros de nuestras familias en la lucha, fueran
mujeres o niños. Dirigimos un llamamiento abierto a toda la clase obrera
y al pueblo trabajador, para que apoyase nuestra lucha. Levantamos un
movimiento de solidaridad único desde todas las partes de Grecia, tal
como desde varios lugares del extranjero.
Organizamos delante de la fábrica más de 50 actos,
concentraciones, manifestaciones, conciertos, presentaciones de libros,
actos para niños, para las mujeres... Pasamos todos juntos la Navidad,
la Nochebuena, el Carnival, la Pascua, nos volvimos a través de la lucha
una “familia”, tal como deben ser los obreros. De la entrada de la
Acería pasaron miles de trabajadores, de jóvenes, de pensionistas, de
colegiales, de universitarios, de trabajadores de todo el mundo. Se
volvió una escuela de educación clasista. Llevamos a nuestra lucha fuera
de la puerta de la Acería, llegó hasta el fin del mundo. Trasladamos la
llamada de los obreros de la Acería a decenas de fábricas en Ática y en
otras ciudades. Son centenas las manifestaciones y los actos de
solidaridad que tuvieron lugar en toda Grecia y en decenas de ciudades
del extranjero. Provocamos una serie de huelgas de solidaridad en
Triasio, en Ática, en Volos, para que se organizase mejor la resistencia
de los obreros en muchos puestos de trabajo. Nuestra
lucha se volvió una fuente de inspiración de lucha para los obreros,
para los jóvenes, para los estudiantes. Son centenas las cartas
emocionantes por parte de estudiantes
que expresaron su solidaridad. Se escribieron poemas, se hicieron
canciones y es cierto que seguirán escribiéndose aún más en el futuro.
Nuestra lucha se leerá, se conversará, se cantará por muchos años más.
Oferció una experiencia rica y conclusiones para que sirvan en las luchas del futuro. Por
eso, su oferta es grande. Algunos se preguntan con buena fé y otros con
mala: ¿Y qué salió de esta lucha? ¿Qué es lo que ganaron los obreros de
la Acería, ya que sus revendicaciones no se realizaron? Nosotos les decimos que la respuesta es simple. Ninguna gran lucha no se hizo ni se hará,
habiendo asegurado las condiciones para la victoria, habiendo previsto
sin errores todos los casos. En la vida no hay tal luchas. Sólo en la
mente de los burócratas, de los miedosos, los comprometidos.
El
resultado de la lucha no se cuenta sólo con lo que uno obtiene o no
obtiene de forma material. Hay luchas que ofrecen mucho más de lo que se
ofrece en forma material, porque preparan los siguentes pasos y las siguentes batallas de la clase obrera en total. Ayudan en la concienciación
general, para que se rompa el terrorismo, se vuelven puntos de
referencia. Tal lucha es la lucha de los obreros de la Acería y así se
debe evaluar. Así la han evaluado todos los trabajadores, por eso, desde
hace mucho tiempo, nos consideran vencedores.
¿Qué
es lo que conseguimos con nuestra lucha? Nuestra lucha llevó al
escenario la fuerza y el valor de la lucha clasista, la gloria y la
fuerza de la solidaridad obrera. Los dones, y las buenas tradiciones del
movimiento obrero y popular en nuestro país. Se rompió el miedo, la
imposición de la patronal, se
golpeó la sumisión, el malestar. Provocó un golpe importante al
realismo, a la lógica comprometida del sindicalismo patronal y
gubernamental, la estafa del llamado diálogo social.
Probó de forma muy expresiva quienes son los productores de la riqueza, y quienes lo roban.
En
la puerta de la Acería se reveló más expresivamente el conflicto de dos
clases contradictorias, de dos mundos, de dos civilizaciones en
contradicción. Por una parte la clase de Manesis, con su gobierno, su
estado, su justicia, sus medios de propaganda y su gente en los
sindicatos. Por otra parte, los obreros de la Acería, con su clase, con
la compaciencia, la solidaridad del movimiento obrero clasista y de sus
aliados.
Ninguno
de nuestros enemigos, Manesis, el gobierno, el sindicalismo
gubernamental y patronal no esperaban que fueramos tan fuertes. Nos
subestimaron, nos consideraban inferiores, miedosos, sumisos, y
perdieron. Intentaron además, calumniar al esfuerzo que hicieron miles
de trabajadores, apoyando incluso materialmente nuestra lucha, diciendo
que “nos están pagando para hacer huelga”. Intentaron igualar la
solidaridad obrera que la clase obrera nos ofreció de lo poco que le
quedaba para que aguantasemos nosotros y nuestras failias con el
soborno. Sin embargo, no lo consiguieron, porque nuestra lucha grandiosa
no se mancha. Les
vencimos a todos, esta es nuestro balance. Les vencimos porque teníamos
razón, porque estamos unidos. Porque no pudieron rompernos, por muchos
esfuerzos que hubieran hecho. Porque trabajabamos en base al lema “uno
por todos y todos por uno”. Porque luchabamos y, simultáneamente,
guardabamos nuestra lucha.
Se
probó de la mejor forma quienes son los productores de la riqueza,
quienes tienen la fuerza en sus manos, que “sin nosotros los engranajes
no giran”...
Logramos
lo que, quizá, nueve meses antes, se consideraba increíble. Obreros en
huelga por nueve meses para que sus colegas vuelvan al trabajo. Despedidos en huelga de nueve meses para que vuelvan al trabajo. Nunca se había hecho esto de nuevo. Al
final, el enemigo no logró vencernos con todo esto y se forzó quitarse
la máscara de la “democracia y del diáloso” y presentarse tal como
realmente es, un tírano, un enemigo de los obreros. Se forzó a dejar
aparte todos los pretextos para usar su última arma, los mecanismos de
represión, algo que hoy es más fuerte que nosotros.
Todo
el mecanismo estatal, el gobierno, los partidos del capital, la
justicia clasista, los medios de comunicación masiva, las decenas de
lecheras de las fuerzas de represión, las decenas de coches de la
policía y las centenas de policías secretos se coordinaron para defender
a su patrón, a Manesis. Para golpear a sus enemigos, a los obreros en
huelga. Para golpear a nosotros, que, desde hace años, con nuestro
sudor, les damos de comer a todos aquellos.
La revendicación para cambios en los horários y los salarios que se prevén en nuestro contrato de empleo colectivo
reaparecerán pronto por Manesis, que ahora los ha retirado
temporalmente, a causa de la huelga. Esto lo sabe también el enemigo,
sabe que la lucha no termina al terminar esta huelga, y por eso toma él también sus medidas para el cómo nos confrontará en continuación.
Podemos
afrontar la nueva situación, tal como afrontamos las otras fases
difíciles de nuestra lucha. Unidos, colectivamente bajo la dirección del
Consejo Administrativo de nuestro Sindicato. El enemigo ahora aspira a
romper esto, para tener sus manos libres a continuación. El Consejo
Administrativo del sindicato, tomando en consideración la nueva
situación que se creó, la necesidad de continuar dando la batalla de
forma organizada, propone el detenimiento de esta forma de lucha.
Entramos
de nuevo a la fábrica, de forma organizada, con la cabeza en alto, tras
nuestra decisión y con nuestra voluntad. Con nuestra unión organizada,
continuamos con otras formas de lucha. Continuamos con el esfuerzo de
realizar nuestras revendicaciones. Para que se recontraten directamente
40 colegas nuestros que son despedidos. Para que se recontraten
graduamente los demás dentro de un período lógico. Para que no se haga
hasta entonces ninguna contratación nueva, aparte de la de nuestros
colegas que se despidieron. Todos juntos, el Consejo de Administración,
el comité de mujeres, el comité de despedidos, continuamos tal como se
hace hasta hoy, luchando para los problemas que tienen que ver con los
préstamos de nuestros colegas en los bancos, con las facturas de las
Empresas Públicas, con los medicamentos, la salud etc. Estamos en alerta
para
reaccionar directamente y combativamente en caso de que la patronal
remueva la revendicación de cambio de horarios y de salarios.
Utilizaremos todo medio para que se investiguen las denuncias que
llegaron a publicarse sobre la existencia de material radiactivo.
Utilizaremos, para todos los asuntos todos los límites legales que hay.
Agradecemos
desde lo más profundo de nuestro corazón a todos los trabajadores en
Grecia y en el extranjero por haber apoyado nuestra lucha por nueve
meses, material y moralmente. Sobre todo agradecemos al PAME, que, a lo
largo de nuestra lucha, día y noche, nos ayudó y continuará ayudándonos.
Apoyó prácticamente a todas las decisiones e iniciativas que tomamos,
trasladó el mensaje de los obreros-héroes de la Acería a todos los
rincones del país, a todo el mundo. Precisamente por esa participación
suya lo combate y lo calumnia diariamente el enemigo.
Sabemos
que la Historia nos hizo la frontal de esta lucha. Sin embargo, no
somos creídos, porque sabemos que una pequeña parte de la clase obrera,
como somos nosotros, no puede combatir a todo el mecanismo estatal,
derrumbar la situación en completo, si en su totalidad la clase obrera
no sigue el camino de los obreros de la Acería, si no se cambian en
general las correlaciones políticas incluso en el movimiento obrero.
Compañeros:
Nuestra
lucha ya es un gran legado. Nuestos hijos caminarán con la cabeza en
alto, estarán orgullosos porque sus padres habrán hecho su deber. Porque
mantuvieron la cabeza en alto, discutieron la humiliación y el terror
de la patronal. Porque no se agacharon, lucharon por un futuro mejor
para ellos y para sus hijos. Nuestra lucha será objeto de conversación y
de admiración en las generaciones futuras, será una fuente de
inspiración. Volvemos con la cabeza en alto, y, de momento, continuamos
la lucha por la realización de nuestras revendicaciones de otras formas.
¡Que viva la lucha heróica de los obreros de la Acería!
¡Que viva la clase obrera!
¡Que viva la solidaridad obrera!
¡La lucha continúa hasta la victoria final!”
En su anuncio, el Secretariado Ejecutivo del PAME ilumina
entre otras cosas que: “La semilla que se sembró florecerá en las
nuevas Acerías que estallarán el período que viene, porque viene una
nueva tormenta de medidas antilaborales. Cada momento de su lucha fue
una lección importante para la clase oberea, para que saque conclusiones
útiles para la lucha de clases.
¡Enseñó
qué significa heroismo y sacrificio personal! ¡Enseñó el caracter de la
solidaridad obrera! ¡Iluminó el contenido del conflicto por medio de
muchas formas! ¡Iluminó la necesidad de la lucha organizada! Reveló el
conflicto sin cesar entre el capital y el trabajo asalariado.
La lucha de los obreros de la Acería detuvo, incluso temporalmente las
tácticas y las planificaciones más ámplias de los empresarios. La huelga
empezó al momento que en los cajones de varias fábricas estaban ya
preparadas las órdenes de trabajo aleatorio y del ataque más
generalizado. Confirmó
que sólo la línea de la lucha clasista, del conflicto con la patronal,
el gobierno y los organismos imperialistas puede dar tal tipo de luchas.
La lucha
de los obreros de la Acería provocó, entró en conflicto con el dicho
realismo del sindicalismo gubernamental y patronal. Dentro de estas
condiciones presionó a Confederaciones y Centros de Trabajo que estaban
con el lado de la patronal, para que hicieran huelgas y parones. Los
obreros de la Acería, que dieron esta lucha también, tal como los que la
apoyamos, estamos orgullosos. Su puño alzado por nueve meses es la
fuerza para las luchas que vienen. La Asamblea General del sindicato de
los obreros en la Acería juzgó que ahora es el momento apto para que se
complete esta gran huelga.
Algunos que, a veces vestidos de luchadores, a veces vestidos de bombero para la radicalización de las conciencias
obreras, durante todo este período buscaban defectos en la lucha de la
huelga, intentando aislar y manchar al sindicato de los obreros de la
Acería, intentan parecer sagrados y juzgadores, evaluando desde la
seguridad de su postura. Pero las luchas no son momentáneas, para que
sepas qué pasará al momento siguente.
La
lucha de los obreros de la Acería demostró que, cuando la clase obrera
decide parar el engranaje de la explotación,éste no gira. Cuando la
cisterna de la Acería permanece fría, todos los Manesis, son nulos.
Reveló la fuerza interminable que tienen los obreros si creen en su
fuerza y deciden entrar en conflicto. La vida en sí ha desde ya
clasificado nuestra lucha entre los combates clasistas duros, una piedra
en la lucha interminable de los obreros frente a sus explotadores”,
cita el anuncio del PAME.