El pasado 25 de enero de 2012 fue firmado el II Acuerdo Por
el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) por las patronales CEOE, CEPYME y las
direcciones de los sindicatos CCOO y UGT que fijan las bases de los
convenios que afectan a tod@s l@s trabajador@s, y tras un año de ese acuerdo
nos gustaría informar de su importancia
Dicho acuerdo viene a suponer un tremendo ataque contra la
clase trabajadora y a la ya de por sí precaria situación negociadora entre
trabajadores y empresarios, pues el II AENC le otorga todas las
reivindicaciones históricas a la Patronal, dejando las condiciones de los
trabajadores en manos de los empresarios. El acuerdo modifica las relaciones
entre representación legal de los trabajadores y empresarios, las causas ante
las cuales la patronal podrá modificar las condiciones laborales a su casi
libre antojo y las retribuciones salariales por el trabajo. Básicamente, tira
por tierra todo y lo deja, legalmente, bajo el único amparo de la buena
voluntad del empresario.
El primer punto alarmante es que fomenta la atomización de la
clase trabajadora mediante la destrucción de los convenios colectivos
sectoriales, en beneficio de los convenios empresariales, imposibilitando así
cualquier respuesta unitaria de los trabajadores de un sector ante un posible
recorte de condiciones laborales. Llevar la negociación a las empresas
dificulta la unión de los trabajadores de un sector ante un conflicto dado y se
aprovecha, nuevamente, de la diferencia de fuerza negociadora.
El II AENC, con la firma de CCOO y UGT, abre la vía a la
reducción salarial en base a la situación económica de la empresa – actual o
futura -, pudiendo realizar una reducción salarial si el empresario tiene menos
beneficios o prevé pérdidas. Igualmente, posibilita la modificación de las
condiciones laborales: cambios de jornada, aumento de la duración de las mismas
según requerimiento de la empresa, trabajos fuera de categoría etc. Aboga por
eliminar lo que considera “complementos obsoletos” no sujetos a la
productividad, como es la antigüedad, único complemento que a día de hoy supone
un incremento salarial en los trabajadores del sector. Elimina también las
categorías en función de la formación y crea las “divisiones funcionales”, un
término ambiguo bajo el cual se podrá colar prácticamente cualquier trabajo que
ahora mismo se imposibilita por estar por encima o por debajo de la categoría.
Este
acuerdo da a las empresas lo que el Tribunal Supremo les está quitando: la
razón en torno a la absorción de complementos por derechos adquiridos.
Promueve también la creación de los minijobs, la
externalización de producción en todos los niveles, hasta el punto al que
estamos acostumbrados en el sector TIC y, peor aún, lo legaliza permitiendo el
trabajo en un mismo centro de personas de empresas matriz y subcontratadas. En
cuanto a los salarios, el II AENC establece unas “subidas” salariales del
0% para 2012, 0,5% para 2013 y 0,6% para 2014. Esta es la propuesta que
llevan a la mesa de negociación del XVII Convenio tal y como se indica en la encuesta de
COMFIA-CCOO con la siguiente pregunta:
¿Sabes que las reivindicaciones principales son la subida
salarial para años anteriores y próximos en referencia según AENC
(Acuerdo para el Empleo y Negociación Colectiva) y una nueva clasificación
profesional?
Como moneda de cambio a esta traición perpetrada a la clase
trabajadora por
parte de la Patronal, CCOO y UGT, el II AENC le otorga a los dos sindicatos
firmantes la capacidad para negociar en las empresas en las que no tengan
presencia legal. Si la empresa no tiene comité, aunque tenga secciones
sindicales, a la hora de negociar un cambio en las condiciones laborales serán
estos sindicatos, y no los constituidos en la empresa, los que tengan poder de
decisión con la empresa. Es, básicamente, un golpe de estado de la Patronal, en
connivencia con ambos sindicatos.
Y esta enésima claudicación y engaño de estos
sindicatos, al igual que hicieron con el pensionazo, lo realizan en
nombre de una clase trabajadora que, mayoritariamente, no se siente representada
por ellos y habiendo perdido entre ambos en torno al medio millón de
afiliados en este periodo de crisis económica, aparte del descrédito social,
ganado a pulso.
Es momento de que los trabajadores nos impliquemos y
engrosemos las filas del sindicalismo combativo, alternativo y de clase, pues o
nosotros – los trabajadores y nuestras organizaciones – nos defendemos a
nosotros mismos y a nuestros derechos o la Patronal y su Estado montarán y
otorgarán prerrogativas a sus sindicatos – CCOO y UGT – para legitimar su
política de imposición y de explotación máxima de los trabajadores.